Nunca, adiós y fin.


No escribiré citas profundas pues no hay palabras en mis labios. No puedo derramar una lágrima porque todas se quedaron en la soledad de una ducha. No puedo decir que sea optimista, pero puedo asegurar no ser pesimista. Simplemente me limito a contemplar dolorosamente cómo, qué, y cuándo.

Nunca...

No puedo dejar de escuchar la misma canción, y para esto no hay explicación. No consigo entender hasta qué punto tengo que pagar con la seguridad de mis besos ante la inseguridad de una simple contracción de manos en un saludo puramente cordial. De hecho, no entiendo dónde perdí el pagaré de "tu amor por el mío".

No quiero aparecer en esquemas o almanaques de recuerdos fortuítos. No quiero volver a ilusionarme, porque ni siquiera tengo derecho a perder mi seguridad, que en el fondo no es más que el deseo de encontrarla en otras manos.

Todo sería más sencillo con un simple "quizás" de verdad. Eso habría bastado en numerosas ocasiones. Pero solo existen bromas que se olvidan con el paso de los días.

Culpa mía. Esto solo son palabras motivadas, ni por un hoy ni por un ayer, sino por todo lo contrario.

Digo adiós, y con esto me despido de más líneas entintadas de recuerdos.

FIN

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