Fetiche

Tres sorbos de mentiras y un solo trago de ilusión. Camastros y globos de colores. Me he torcido el tobillo en un camino lleno de rosas rojas. Me pinché al tocarla y sangré al recogerla... Pero hoy voy a dejar ver sin entrever, entrelineas.

- Hoy debería aprender a olvidar. Debería poder hacerlo, y perdonar, y solventar algunas deudas conmigo mismo. Hoy mismo debería saber decir "Te quiero" sin temor a que se vuelva contra mí. Es hoy cuando debería saber que todo va a ir bien, y que no van a saltarme algunos clavos cuando abra la puerta de un extraño salón, lleno de extraños, extrañados de verme entrar, como quien mira a un extraño.
Y quisiera también petrificarme en unos ojos que me declaran constantemente una necesidad. Unas manos que desean calentarse en las mías. Unos labios que pretenden cruzarse con los míos en cada minuto. Y saber que todo ha aparecido en un pecho que arde cada vez que...

Yo... Creo que volé un tiempo. Y ahora me pregunto qué lugar será el idóneo para emigrar.

¿Dónde están las losas que faltan en mi parte del suelo? ¿Quién alicata esos agujeros? Yo.

Yo...

Yo...

Yo...

... Estoy cansado de hablar hacia mí, soñar hacia mí, y solo ver un reflejo del Yo.

Autoayuda


Mezclo, converso y expando
succiono, planifico, me equivoco
realizo, erizo, pelos de punta.

Callando aniquilo, miro y hablo
fumo, cortinas de humo
alcohol destilo, adoro, me olvido
corro, huyo, me esfumo

Helado, pecho ardiente
calor en los lóbulos,
pesado, contracorriente
calor en los pómulos.

Comienza la época del año más nostálgica, a mi modo de verlo. Camino por las calles del centro y observo los puestecillos de castañas asadas cuyo olor baña el pavimento cada año. Entre tiendas y alborotos humanos me voy mezclando con el resto de personas que, como yo, han decidido dar un paseo helado.

Porque el frío va calándome poco a poco, y la ropa deja de ser útil a estas alturas. Guardo mis manos en los bolsillos y espero impaciente que ocurra un milagro y alguna de esas miradas que se cruzan entre calle y calle sea la tuya. Pero no, no la encuentro, y admito que no esperaba encontrarla de todos modos.

Entonces dejo que el frío me recuerde cuántas veces he deseado que alguien me rescatara de la cena de nochebuena, y me llevara a pasar una noche inolvidable y realmente mágica. Pero la magia no existe, y eso lo se de buena letra. Después llega la eterna noche donde doce campanadas en diferentes lugares del mundo marcan el final de 365 días, considerando que no sea bisiesto. Lo curioso es que todos deseamos estar en Madrid en ese momento, pasando más frío del que ya pasamos y aplastarnos en un amasijo humano peor que el de las calles del centro, porque será la lógica humana, pero casi todos vemos la retransmisión desde "La Puerta del Sol" en la antena más antigüa de todas. TVE.
Y de nuevo anhelo que alguien me saque del picadero mental en el que me encuentro. En un salón que está en penumbra y que cada año va resultando más triste, por diversas razones.

Pero reitero una vez más que la magia no existe, y no todo el mundo puede ser tan libre como para escapar a las viejas tradiciones. Traiciones, a fin de cuentas.

Entonces me siento en el sofá y me recuerdo a mí mismo que aún falta el mejor día, el momento más dulce de todos. Las cabalgatas; azucarillos y caramelos donde siempre me faltan dos brazos tras la cintura.

Es en este momento en el que miro la pantalla del televisor que tengo enfrente.

Preocuparme de todo esto antes de tiempo es problema mío, pero verlas venir es lo que mejor se me da. Queda aún casi un mes completo, y yo ya siento la nostalgia de Diciembre en mi cuerpo.

Aunque este año parece diferente por algunos motivos. Hay ciertos duendes que hacen sonar sus campanillas bajo mis oídos, y con ello arrebatan el espíritu de la navidad a hacerlo realmente atrayente.

Quizás a ellos les de un poco de rosco, y un chupito de Anís; de ese que ya conocen.

[A vosotros, que brindásteis conmigo hace muy poco por seguir brindando mucho tiempo]

Caminante.


Quiéreme- Nuria Fergó

http://www.youtube.com/watch?v=Fs_pFvKalAI&NR=1

Agua del arroyo blanco,
agua pa saciar mis labios,
agua de tu primavera, de mi zalamera pa mi corazón
eres para mí como agua clara,
que corre hacia mi corazón como un río
que nada y que muere en el fondo del mar.
eres para mi como la luna, desnuda ante la noche.
guiando mis pasos hasta el amanecer. siempre para mi eres lo primero.
aunque falte el dinero te quiero.
yo sin oro ni plata te espero hasta el atardecer.
tu serás la calma y el consuelo y el aire que me falta algunas veces
agua del arroyo blanco
agua pa saciar mi sed.

quiéreme,
como se quiere por primera vez, quiéreme
quiéreme,
para los restos de la vida
y quiéreme
como se que tú lo hacías
y quiéreme de noche, quiéreme de dia,
quiéreme
como se quiere por primera vez, quiéreme
quiéreme para los restos de la vida.
quedate que mi alma es una bulería.

agua del arroyo blanco,
agua pa saciar mis labios, agua de tu primavera,
de mi zalamera pa mi corazón.
te susurraré mil veces al oído que jamás buscaré nada fuera de ti
jamás besaré como te beso a ti, créeme.
créeme porque es tan cierto lo que digo como lo es el sentimiento de un suspiro
como el frío que siente tu piel,
sin abrigo, sin besos, sin sed.

quiéreme...

pero déjate llevar
por el sueño que una vez vivimos, que una vez te di.

quiéreme,
como se quiere por primera vez, quiéreme
quiéreme
para los restos de la vida
quiéreme
como se que tu lo hacías
y quiéreme de noche quiéreme de día
porque te querré
aunque te cueste sonreir, amor te querré
te daré
a puñaditos las caricias.
quedate que mi alma es una buleria.


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Terminé paseando bajo las luces nocturnas y volví a recordar todos aquellos momentos. Escuchaba entonces en mi reproductor esta canción y me detuve frente al río, de brazos cruzados, cerciorándome de que todo seguía igual. Pero algo había cambiado.

Volví a tomar mi camino y supe que tenía poco tiempo. Tomé mi móvil y llamé a Luis, mi representante. En pocos minutos estaría ahí para recogerme.

Entonces volví a girarme para ver el río desde el puente de Triana. Volver, aunque solo fuera de paso, me había recordado más cosas de las que me habría querido acordar.

El sonido de un clacson me sacó de aquél cuadro. Era Luis, y ya estaba equipado con las maletas. Me introduje en silencio en el coche, sentándome a su lado, y cerré la puerta.

Atrás quedaban mil retales, y por delante algunos hilos para ir tejiendo mi nuevo camino.

Ojos que no ven...





Me pregunto si al mirarme al espejo veré el reflejo del futuro; un futuro lleno de éxito.
Me pregunto si aceptando a una persona tal y como es, aún a sabiendas de que puede hacerme daño, estoy siendo excepcional o excepcionalmente tonto.
Me pregunto si mañana cambiaré de opinión.
Me pregunto si mi vida tiene luz, y brillo de alguna manera.
Me pregunto si los labios que hoy besé lo darían todo por mí.
Me pregunto si la mano amiga alguna vez no me dejará ir sin importarle el cómo.
Me pregunto si habrá lágrimas para mí, como hay lagrimas mías para otros.
Me pregunto si al ir a ver el mar bajo un manto de nubes grises no lloraré.
Me pregunto si de verdad soy fuerte a solas.
Me pregunto si de noche alguna vez dejaré de sentirme triste.
Me pregunto si algún día podré invitar a los que hoy quiero de verdad a mi casa.
Me pregunto si actuaré en alguna película de cartelera.
Me pregunto si vendrá a verme mi madre, o será demasiado tarde.
Me pregunto si el daño que me han hecho sirve para algo.
Me pregunto si hoy es un día útil.
Me pregunto si me conozco de verdad.
Me pregunto si hay alguien en este planeta que iría conmigo al fin del mundo sin excusas.
Me pregunto si estoy hecho de carne humana o de melancolías.
Me pregunto si alguna vez dejaré de ser alérgico a los halagos.
Me pregunto si la letra de alguna canción me hará recordar algo.
Me pregunto si soy todo lo que se espera de mí.
Me pregunto si estoy haciendo de mi vida algo de lo que sentirme orgulloso mañana.

Escucho...

Silencio...

No hay respuestas.


"Ojos que no ven, corazón que no siente"

Caprichoso


Caprichoso, despiadado, nos mordemos, nos besamos, nos dañamos con las manos con las que acariciamos. Tú me miras, yo de espaldas te aconsejo que no sigas, a veces me canso de ir descalzo por tu vida, de repente me tocas el pelo; en mi espalda cuatro dedos y me quedo quieto ahí. Y me veo en la encrucijada de quedarme con las ganas o tumbarme y seguir...


Cuando no te tengo, te busco, me pierdo y me consumo.
Y cuando te encuentro, se desvían mis señales de humo...

Con el humo de un cigarro se me ponen rojos los ojos...

Hay quien dice que no me convienes, que esto tan solo entretiene, del portazo que ayer di, la foto rompí.
Tu me miras, yo de espaldas te aconsejo que no sigas, a veces me canso de ir descalzo por tu vida, de repente me tocas el pelo; en mi espalda cuatro dedos y me quedo quieto ahí. Y me veo en la encrucijada de quedarme con las ganas o tumbarme y seguir...

[Vanesa Martín]

Las palabras encierran un significado que no siempre estamos preparados para liberar. Este es mi caso esta vez.


"Cobarde por ser de los más valientes el menos tonto; acierto en la diana de corazones y no se siquiera cómo he lanzado el dardo. Sensible si mi piel, como punta de escarpia, decide por este corazón ahogado. Aunque las aguas, la verdad, siempre me han dado miedo. Si pensando, quiero decir, en el futuro, me echo a temblar en un proyecto a oscuras. Corto el filo para ver el reflejo del sol en mi cara, aunque sea imposible que mi cara tenga un reflejo bello en un solo filo (Qué vamos a hacerle, la luz hace más de lo que muchos piensan). Y esto, aunque a veces pierda sentido, sigue siendo solo mío. Es esto, y esto, y solo esto lo que hace que todos los días pierda la cabeza y mire una pantalla digitál que nunca me pareció tan incierta"

I wonder what it's like seeing through your eyes
You've offered me to have a try but I was always late
The filters that I use give me an excuse
I take away what's real

I feel it and it blows my fuse
I hang around for another round
I'm hanging around for another round
I'm hanging on to the same old song
I hang around for another round
Until something stops me
I wonder what it's like walking by your side
To think before I talk and to move at the same speed as you walk
I want to have a weight to keep me in your state
I'm watching from above
I love it but it's not for me.

Hanging Around- The Cardigans

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Hoy sitúo mis versos en la letra de una canción ¡Qué maravilla! Nuevo intento.
Por más que pase el tiempo sigo siendo torpe, no coordino, no atino, pero sigo deseando traspasar el cristal que me separa de otros ojos y otro cuerpo. Qué difícil es ser yo.

Diré que la razón a veces pesa más, y a ella debo mis costuras.

No quiero tejer con hilos de sangre nuevas coyunturas.

Lejos ya de todo, lejos hasta de mis orillas, las orillas de mis sueños. Porque no sueño si siento y puedo asegurar que es cierto... Y hoy basta de poesía.

Miedo a sentir, sentir es poder, poder decir, que si, que es poder, poder es saber, y se que lo soy, soy un imbécil, imbécil como sinónimo de iluso, ilusiones de un día, un día voy y me tiro, me tiro por un barranco, el barranco donde tú, tú y yo, yo y ¿quién? Tú..., tú y yo miramos, miramos las nubes un día, un día lo dejo, dejo de pensar, pienso que temo, temo como sinónimo de miedo, miedo a sentir... Y vuelta a empezar.

Me voy a escapar.

Mi ventana


Me asomo por la ventana cada día y comparto miradas con algunos rostros sonrientes. Cada semana hay uno o dos nuevos, que van pasando alrededor de la estructura de mi ventana. Y se me antoja eterno volver la vista al interior de la casa, que anda vacía o muy poco llena. A penas existo yo, a decir verdad.

Pero por días creo más real poder cerrar la ventana. Y cuando voy a hacerlo un nuevo rostro me despista. A veces hablan, e incluso llaman a la ventana intrigados por las pintadas en las paredes exteriores. Entonces me asomo a mirar y parlamento unos segundos. Me gusta su voz, me gusta su rostro... Quizá quiera entrar a tomar algo, quizá le gusten los cuadros que he colgado en mis paredes. Quizá... mientras pienso todo esto, decida marcharse.

Y eso parece, pues sus pies alzan su andadura y va desapareciendo en torno al cerrojo de los cristales empañados. Cristales que aunque se mantengan recios, están rotos por dentro.

Y así, día a día, me convierto por unos segundos en un deseo, que deja de ser deseo al repicar la marquesina, y entonces me marcho a alzar la andadura en busca de nuevos rostros en nuevas ventanas. No convencido, me enamoro de la belleza por unos minutos, a veces incluso por unos días... Y después se marcha, porque en el fondo, no es un arte compartido.

Pero después de todo vuelvo a casa y miro por la ventana. No hay rostros de noche, cuando hace más frío y la soledad se hace más sonora en el silencio. Entonces me doy cuenta de todo.

Visceral


He visto sin decir palabra. He escuchado todo lo que tenía que escuchar, y es tan cierta esa verdad que debo estar agradecido. Crítica constructiva o destructiva, pero realidad sobre todas las cosas.

Si fuera un cazador no cazaría osos o panteras, cazaría mariposas que son efímeras en su propia existencia, pero catastróficas en su aleteo por el mundo. Creando maremotos a kilómetros de distancia.
Así tendría el arma más letal del mundo. Efecto mariposa.

Si yo fuera viento viajaría por costas desérticas; aquellas que me recuerdan que nunca se está solo, pese a la soledad. Y si fuera otra persona... No, no quiero ser otra persona.

Si fuera gota posaría sobre los pétalos de una ninfa, para reflejarme y reflejarla en las aguas estancadas de algún lago marginado. No hay nada más poético, o algo más sutíl... Si las aguas estancadas son como la razón de un mortal que ha perdido su rumbo, sean entonces sus ojos la esencia de esta prosa.

Y si fuera noche decidida, dibujando una luna roja sobre mi eterno mar de estrellas, velaría por aquellos que me han tendido la mano de verdad. Porque el fuego de mis noches se parece al impulso con el que a veces me levantan. Y los necesito, como noche a los astros que adornan e iluminan su oscuridad demente.

Pero estos versos son solo impulso, llenos de verdad, pero impulsos al fin y al cabo. Dejar de pensar es lo que hace que se me hielen las manos, me sude la frente y se llenen de fuego mis pupilas. Y tiemblo de miedo al pensar, aunque no deba. Debo, se que debo adiestrarme. Para convertir mis temores en objetivos y alcanzar un equilibrio parabólico. Parábola... ¿Ser o no ser?


Mis instintos más viscerales.

Conversaciones del "Yo" al "Ello"


Estando las dos sombras sentadas una frente a la otra, junto al ventanal de aquella oscura y hermosa habitación, una de ellas decide comenzar a hablar:

- Y qué mas da hoy lo que pensaras tú ayer. El problema nunca fue mío. Ahora tienes miedo; miedo a que sepa volar sin tus alas tapándome el sol. Miedo a que sepa sonreir sin necesidad de mirar tu sonrisa. Miedo... Eso es lo que tienes ¡Miedo!

- ¿Miedo? Nunca he entendido el significado de esa palabra, y si te digo la verdad, nunca me ha interesado. Yo nunca he tenido miedo, porque nunca he sufrido. Porque yo, que no soy "ello", sigo sin hacerlo. No pretendo ser otra cosa más que sombra de mi propia sombra, y eso es lo que soy... Una sombra.

- ¿Entonces es que nunca quisiste? Si no has sufrido es porque no has amado. Yo he amado, y te aseguro que es la mayor de las pérdidas. Cuando no conoces su significado vives de ilusiones, ahorras pasos en un aprendizaje forzado. Pero cuando lo conoces... ¡Oh amigo! ¡Cuando lo conoces no puedes escapar de su sombra! Es una sombra, si... Eso es el amor, una sombra.

- ¿El amor? ¡Nadie ha hablado de amor! Yo hablo de los sueños... De virar tu mirada y alzarla a las estrellas, y saber leer en ellas... Y contemplar tus sueños, los que vienen y los que están por venir. ¿No es bonito soñar? Soñar... Sí, soñar. Y cuando sueñas y despiertas, esos sueños solo son sombras... Sí, un sueño es una sombra.

- ¿Cómo es posible, que tú, siendo ello, no puedas percibir esa verdad que es palpable ante tus ojos en este mismo momento? Yo soy yo, y amo, y sueño... Y todo esto es una sombra a su vez. Entonces yo soy una sombra. Sí, soy una sombra...

- Entonces yo, que soy ello, y ello refleja que tú y yo somos el mismo... Soy una sombra. Sí, una sombra.


Ambas se miraron, cómplices umbrías en todo momento. Entonces yo me pregunté, observándolas desde una amplia distancia en esa misma habitación.

Si yo amo, y sueño, y estoy seguro de que yo soy yo... ¿Entonces yo soy una sombra?

Sí... una sombra. Yo soy una sombra.

Frío


Si prefiero no escucharte tápame los oídos y susurra solo a mis ojos. Si algún día no quiero hablarte dedícate a besar mis labios sin palabras de por medio. Si no comprendes esto que digo, simplemente mira... ¿Qué ves?

Desde los más lejanos recuerdos nunca admiré a las estrellas por su altura; la luna me daba miedo y la luz del día me traía aromas de días próximos, como si yo supiera lo que la predestinación significa. Y lo se, es una locura pensarte siquiera, aunque tu aroma siga impregnado en mis fosas nasales, porque sigo sin saber predestinarme. Después de todo no ha cambiado nada, o quizás muy poco.

Eres el foco, de mis objeciones, de mis retenciones, y hasta de mis suspiros. Inconsciente si he de llamarme a mí mismo alguna vez. Impersonal por perderme en lagunas de memorias... Aunque lo se, no hablo por hablar... Yo se que no estás.

Así que prefiero no escuchar cuanto me quieres, si algún día llegas a hacerlo. Si algún día me quieres y decides llegar a tiempo. Prefiero no escucharlo por pensar que no es para siempre. Aunque lo sé, lo sé... Siempre decimos lo mismo. Nos reiteramos entre las cejas y fruncimos la comprensión como se fruncen los retales de un acordeón.

¿Y por qué? Por nada; por absolutamente nada.

Quedo frío y en estática si te miento, y miento si digo que no puedo elevarme como tú, pero no quiero, que es la diferencia entre los dos. Una batalla perdida.

Casi no encuentro la razón de este pesar. Necesito aire en el pulmón como un soplo a la gaita que llama a sonar. Y no tengo melodía sin tus suspiros, que son suspiros de nadie. Porque solo es una sombra lo que anhelo, y lo que deseo, y lo que busco es tan gris que a penas se si busco o no. Mis pupilas se han clavado en la oscuridad de tus aguas, que de noche llama al rumor de unas olas pesadas y atractivas, atrayentes, y me llaman. Y yo no voy; no voy porque temo, y no se de que temo, pero temo tanto que no me muevo. Mis pies se han congelado en una noche cerrada. Y se ha cerrado la puerta, por tal es que yo... Ni atisbo a ver la lucidéz de tus encantos.

Y sueño contigo, desnudo, pero a penas sueño, porque al abrir los ojos solo hallo el calor de mis sábanas, mi propio calor.

Escucho alrededor historias de amor, concilio y complemento. Sujeto y predicado todo junto. Y yo no tengo ni un solo adverbio para responder. A veces enmudezco, porque me falta el habla, o porque me estoy convirtiendo en un eco de extremos recuerdos. Si es que recuerdo, porque a penas me acuerdo de si recuerdo. Y tu nostalgia se enmarcó en algún marco de mi habitación.
Cuadros, rombos y óvalos, llenos de temor, inseguridad y desnudez.

Si no he gustado, pido disculpas. Si no he llegado a rozar tus labios, debes saber que no fue por falta de ganas, pues me hallaba ansioso cara a cara con tus ojos... Debes saberlo; si no lo hice antes fue porque desapareciste, decidiste...

Y yo, ¿Qué hago? ¿Mutilo al subconsciente o tomo consciencia?

Soberbias de amantes rotos, amantes destruídos y llenos de venganza; reclamo de corazones y pasiones contenidas en calles estrechas. Ese es el día a día.
Las noches se vuelven de tres equis y las consignas de la amistad se vuelven enfermizas. Porque la amistad de noche deja de existir. Y es que, sin embargo, somos parte de un cubo de entramados sexistas y sibaritas.

Oigo un "te quise" y yo respondo "pero elegiste a otro". Escucho de nuevo "porque estaba confuso" y respondo "y decidiste aclararte de lleno"... Y así, fantásticas y utópicas conversaciones que llenan el vacío de un alma repleta, son el guión de la locura de quien escribe estos versos. Esta prosa. Este dilema. Esta farsa. Estas luces nocturnas... Son luces de bohemia.

A mi no me falta pluma ni tintero para narraros palomas negras sobre un cielo blanco.