El "Todo" en la "Nada"

Kilómetros y kilómetros después de metas infructuosas, descubrí que la esencia de mi máxima se encuentra en mí desde el primer momento. Ni luchas de poder entre el sentir o el estar, ni mínimas comprendidas entre el amar o el querer. Todo es uno en mi, todo en la absoluta armonía estaba allí desde el principio. Ni playas ni montañas que hagan sentir el vibrato armónico de una paradoja, ni el "Yo Superior" ni el inferior, sino todo en el absoluto silencio. Así es como mis dedos vuelven a escribir, sobreescribiendo lo escrito. De esta y única manera cesan los ruidos, al menos de manera temporal. Y volveré.

La Magia siempre estuvo donde tuvo que estar. Y hoy la pongo en práctica.
Él era un hombre. Ella era una mujer. Él nunca hablaba, pero se expresaba bastante bien. Ella hablaba demasiado, aunque decía cosas sin sentido. Él vivía en un mundo de tinieblas. Ella habitaba las luces de su mundo. Ellos nunca llegaron a tocarse.

Él viajaba a otros mundos. Se fundía en las sombras. Se volvía intagible.
Ella habitaba la realidad. Custodiaba su cuerpo. Su férrea mano era de piel y sangre.

Ellos eran aquellos que se aman. Los que superan el espacio y el tiempo. Como el cosmos y la lógica, que se aman sin tocarse, sin desprenderse. El vapor que del fuego y del agua surge.

Él nunca se lo dijo. Ella lo repetía cada día. Él siempre lo sintió. Ella mentía.


Ellos siempre se amaron. Ellos se buscan, pero aún no se han encontrado.

Cero Absoluto

En las viejas historias donde comían perdices, en las noches antiguas de verano, en las películas de vaqueros y bonanzas, en el filo de mis ojos que se vuelven pequeños al reír, en las arrugas de mis mofletes. Ahí han quedado las ausencias y los olvidos.

En cambio ahora no hay historias con perdices, porque son historias de perdiciones. No hay noches de verano, porque hay sudores y fatigas, y en las películas no hay vaqueros y bonanzas sino actores sobre actuados en escenarios de papel. Mis ojos se vuelven pequeños, pero no al reír. Se vuelven pequeños al verte ir. Y las arrugas ahora están en la frente, los pómulos prominentes y los labios secos.

No hay besos de buenas noches, ni princesas de cuento, porque duermo solo y no consigo olvidarme de aquella maldita frase de cuento.

Seguro que tú también soñabas con torreones y caballeros en monturas. Con dormir eternamente, o amar de la misma forma. Con luchar por el amor eterno, y no dejar que nada acabara con aquél.

La fortaleza de aquestos, caballeros de niños, se han vuelto como yo, pequeños enseres de sueños frustrados sin ánimo de lucha. Con arrugas en la frente, lágrimas en los ojos, historias de perdiciones y noches de fatigas...


Os comprendo, caballeros de cuento.





En el uno, amamos

Contamos las noches con los ojos encendidos y los brazos extendidos, hicimos sombra de una sombra y perpetuamos el recuerdo. Dijimos que no pero hicimos como si, bebimos de una mentira y brindamos por la verdad. Y ahi nos encontramos, frente al espejo de circunstancias evitadas y sufridas. En el fondo sabiamos que no teniamos la culpa y culpabamos sin más. Tictac en un segundo, suspiramos y reímos, y después el mundo se había reconstruído. Para pensar no precisábamos de recuerdos ni cerebros, labios y tictac fue todo lo que escuchamos. Tictac, dos segundos, tictac, un beso, tictac, te miro y me levanto, tictac, y me marcho. Y después, tictac, te quiero. Cada mundo colapsa, cada mundo se encuentra, cada mundo se marcha. Nos fijamos en las pequeñas cosas que los demás ignoran, es la poesía de los que sienten. No hay temores si escribimos, pero huímos si escuchamos. Una palabra que hiere y otra que hace daño. Es la naturaleza del que ama y odia. Porque no amamos sin odiar, y no olvidamos sin haber odiado a quien amamos.
Sabed todos que el fin llegará, porque estar preparados para el final os hará encontrar un nuevo comienzo. Sabed que sin lucha no hay victoria, aunque lucha tras lucha puede esperarnos una derrota. Sabed, como yo se, que vereis el triunfo como un haz, y se desvanecerá antes de que podais rozarlo.

Al menos pensad que lo habreis intentado.


Sin RIP



No he enterrado las paginas de mi diario. Tampoco he desecho las maletas de mis últimos viajes. La ropa sucia sigue donde siempre, sin lavar, y el aroma de cada persona que entró por estas puertas sigue intacto.






A lo mejor a tí te resulta repugnante, pero para mí el recuerdo es mucho más importante.






Sigo pensando como un niño grande, sigo acostándome a las tantas rallando la consciencia. A pesar de todo cambio, sigue intacta mi memoria, y en ella también estaban todos los que me acompañaron algún día. Se que suena nostálgico, pero es la pura verdad. Aunque quieras olvidarte de tus vínculos, estos te arrastrarán allá donde vayas.






Y ahora regreso, no se por cuánto tiempo, de mi último viaje. Tan solo para abrir las puertas de mi alma y cerrar los ojos un poco. Disfruta de esta imagen tan dulce y amarga. Disfruta de tu propio exilio al sentimiento.






Cuando salgas de aquí podrás poner tabiques a tu corazón, y cerrar cada puerta en un impulso de autodefensa. Pero aquí nadie va a atacarnos.






Tranquilo, respira, observa...






Este lugar está vivo.






Y de repente todo se apaga. Dejas de pensar. La habitación se torna en blanco. Empiezas a describir círculos con los dedos de las manos. Abres los ojos. Y e voilá... Todo ha cambiado.

Pasas de pensar que hay alguien para tí a pensar que el epicentro de tu vida eres tú mismo. De soñar con un abrazo a desear que los únicos brazos que te toquen sean los de tus familiares, amigos, y los tuyos propios cuando te estás bañando. De rezar por un futuro de dos, a anhelar y proyectar un futuro reforzado en la independencia. De creer que el idilio se fundamenta en alguien que te sostiene, a tener la certeza de que el mejor sistema para sostenerse es columpiarse bien fuerte, haciendo fuerza con los pies, sin nadie que te empuje, en el balancín de la vida.

En el fondo, ya no necesito una mitad paralela. Alrededor hay todavía algunas personas durmiendo y soñando. Tienen unas caras tan entrañables que a veces... Incluso yo querría dormir de nuevo.