Al margen


Hoy me he levantado con la sensación de estar haciendo algo mal. Debe haber algo que falla. De vez en cuando me gustaría no estar en este mundo, y no me refiero con ello a morir, sino a volar a otro, donde pudiera despreocuparme... Si, puede que en el fondo me guste pensar con cierto tono infantil. Para vivir en la realidad no necesito pensar.
He empezado a confiar, y ahora me aterra dejar de hacerlo. Solo ahora me he acordado de lo solo que podría estar... O de lo solo que estoy. Puede que siga viviendo en mi mundo de 13 años.
¿Cómo dejo de pensar en un apoyo sin que vaya ligado a "consentimiento" y "conveniencia"? ¿Qué es la amistad sino un negocio? Un negocio... Da asco pensarlo.

- ¿Qué te dicen mis ojos? ¿Que susurran mis pupilas aterradas y cobardes? [...]

Tomo las sábanas y dejo que la sombra en la pared se acomode en ellas.

- ¿Eso es todo? ¿Vas a dedicarte a consolarme? ¿Y qué eres tú, entonces?

Estiro y abrazo a la sombra.

- Claro... Como tú no sientes calor ni frío... ¿No escuchas a mis dientes rechinar?

Me cubre con la manta y acaricia mi mejilla, que es más suya que mía.

- A tí nunca te dejaré... ¿A que no?
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2 Corazonadas:

sirenovarado dijo...

Espero la siguiente ocasión. Avísme con tiempo. Y una pregunta, ¿por qué no hacer las fotos en la facultad?
Bsss

Eduardo dijo...

Pensar en un mundo mejor a este no es precisamente infantil. Es, creo, de las cosas más adultas que hay. Y por adulto me refiero a edad.

Un niño no es consciente de ello, pero en cambio tu lo ves claramente. En lo que te equivocas es en tu miedo a plantarle cara. Las sombras nunca acarician a sus dueños, sólo están ahí para ver como se rinden. No le des ese gusto.

Y en cuanto a la amistad... ¿qué no es un negocio? Todos buscamos algo que nos llene, buscamos amor en los amigos y nosotros tenemos también algo para dar. Tú me das un poco a mí y yo te doy a ti (sin pensar mal, gorrión).
No te me amargues, que tengo proposiciones que hacerte :)