He sido el humo en labios de alcohol,
he sido inteligencia en el golpe,
fracturado males dementes
con ayuda de la fuerza destructora
rebelde a la causa, sin causa
aparente, descuido del destino
sin un futuro muy cierto
pero certeramente agradecido...
Y he bajado a los sótanos
de vuestro objetivo y el
mío, de mis compañeros.
El escuadrón de acero.
El sueño que me habeis regalado,
que he de agradeceros, musas,
fuego y viento para impulsarlo,
para avanzar en esa causa.
De mis manos, torpes, tensas,
ínfimas, contínuas, pero sabias
sin saber, necesarias, de apoyo,
mentales y puramente orgánicas.
Inteligencia Artificial, si así
he de llamaros, compañeros
de una rebeldía colosal,
fuerza centrípeta, del no entendimiento.
Solo yo sabré, aunque no recuerde,
que al despertar del sueño quise seguir soñando,
que al abrir los ojos lo real parecía lo otro,
y esto solo un espejismo.
