Hielo


Estimado engaño, ya aprendí a conocerte. Tengo de aliada a la motivadora inocencia, que en su infamia se ha llevado consigo la perspicacia y la experiencia; asi han convertido este tiempo en un cocktail donde ha explotado mi corazón, y la razón, que ya no sabe ni para qué ni para cuándo.

Ahora vete, te lo ruego. La barrera que han construído las mentiras estos años, las falsas ilusiones, las rupturas; se ha quebrado en un alarido que rompió los cristales de mi habitación dejándome desnudo en una noche fría, helada... Heladas, asi murieron las esperanzas.

Pero existe algo de candidéz aún, o al menos algo de calor.

Que nadie me hiele el alma de nuevo, ya hace bastante frío.

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