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Nacido en un jardín de placeres, convencido de tomar el camino correcto. Os observo, a sabiendas de vuestra venda... Oh, amor, qué eres tú, sino la mayor perdición para nuestros ojos. Toca mi mano, lo deseo; no lo hagas, tengo miedo... Solo sueño. Oh, amor, qué eres tú, sino mi mayor perdición. Arráncame esta venda, duele por dentro y quema por fuera... Oh amor, qué eres tú, sino un arma letal... Destroza mi alma y me deja sin aliento... Deseos de cosas imposibles... El tiempo, mayor aliado de mi peor enemigo... Oh, amor, cuán fuerte te has vuelto, que te pegas a mi piel y provocas quemaduras... Qué largo un camino lleno de rosas que pinchan, de espinas que en rosa revanan mi piel... Un jardín sangriento, un camino que con esta venda no tiene ni luz ni vida, y tan solo amor. Amor, despierto.

Y te veo, cuando te duchas, cuando duermes durante horas, cuando eres pequeño y te haces grande... Deseo ser una mosca en el suelo.

¿Quién eres tu?

A veces nacen en soledad los lirios.